Semana de la Lactancia Materna

El lema de la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2020 es “Apoyar la lactancia materna contribuye a un planeta más saludable” y se centra en el impacto de la alimentación infantil en el medio ambiente y el cambio climático, destacando que es imperativo proteger, promover y apoyar la lactancia materna para la salud del planeta y su gente.

Sabemos que dar la teta es ecológico porque no produce residuos, no consume recursos naturales, su producción no genera costos y no requiere de energía extra para calentarse. En cambio la producción y distribución de la leche de fórmula generan un impacto medioambiental negativo y deja una gran huella ecológica. Tiene costos energéticos muy importantes: hacen falta cantidades enormes de tierra y agua para producirlas y de petróleo para transportarla. También la leche de fórmula necesita para su preparación y administración accesorios como mamaderas y tetinas para cuya fabricación se requiere la extracción de recursos naturales. Además, suelen ser muy costosos y hay un enorme mercado alrededor de ellos, al igual que en el caso de los sustitutos de la leche humana. Por lo tanto, es claro que la lactancia contribuye a evitar el daño a nuestro planeta. 

Sin embargo, si hay algo que siempre nos resuena respecto de algunos lemas es la forma en que pueden ser recibidos o interpretados. En particular, nos referimos a la cuestión de las responsabilidades. Para que cada vez más niños y niñas tengan acceso a la leche materna al menos hasta los seis meses (nos gustaría que más allá) y para que las mujeres puedan ejercer su derecho a amamantar necesitamos visibilizar la realidad que afrontamos y los recursos con que contamos. No nos gustaría pensar que es una responsabilidad más de las madres cuidar el planeta. Ni mucho menos generar algún sentimiento de culpa en aquellos casos en que las lactancias no prosperaron. Como aprendimos en nuestras escuelas, a la lactancia materna no hace falta defenderla, lo que hay que hacer es favorecerla. 

Y desde el lugar del Estado, las instituciones y la comunidad, para promoverla de verdad se necesitan políticas de calidad que permitan a la familia vivir una lactancia acorde a sus necesidades y deseos, pero que sobre todo ayuden a instaurarla y sostenerla desde la convicción. 

Sí, la lactancia materna contribuye a mejorar el planeta, pero no es responsabilidad única de las madres.  


María Elina Zacarías y Jesica Lecko Puericultoras.